Mi experiencia con el masajista fue intensa y provocativa. Me sentí atraído por su profesionalidad y habilidad para crear un ambiente relajante. Durante la sesión, mi atención se centró en la sensación de su mano sobre mi piel, pero también en la visión de su cara cerca de mí. Mi excitación aumentó con cada toque, y no pude evitar sentir un deseo intenso por él.
Mi erección fue inminente y no podía disimularla. Sentí una atracción irresistible hacia él, y mi deseo de conectar con él de una manera más íntima se hizo evidente. Mi polla estaba lista para ser tocada, y mi culo se sentía vivo y ansioso por ser explorado.
En ese momento, mi deseo de chupar su verga se hizo realidad. Me sentí atraído por su forma gruesa y su longitud, y no pude evitar sentir un impulso hacia ella. La sensación de su carne firme en mi boca fue intenso y provocativa, y mi placer aumentó con cada movimiento.
Fue un momento de conexión física y emocional, y me sentí conectado con él de una manera más profunda. Mi experiencia con el masajista fue un recordatorio de que el deseo y la atracción pueden surgir en cualquier momento y lugar, y que la conexión con alguien puede ser intensa y liberadora.
