Mi verga es un tema delicado, pero también un aspecto importante de mi identidad sexual. A veces me pregunto si es lo suficientemente grande, lo suficientemente fuerte, lo suficientemente atractivo para mis compañeros sexuales.
La verdad es que no creo que sea un tema relevante. Lo que importa es la forma en que se utiliza, la forma en que se siente, la forma en que se disfruta. Mi verga mide 18cm, pero eso no define mi capacidad para dar o recibir placer.
Cuando estoy en una relación sexual, me concentro en la conexión física con mi pareja. Me gusta sentir su cuerpo desnudo a mi lado, su piel suave contra la mía, su tacto firme y seguro. Me gusta explorar su cuerpo, descubrir sus puntos sensibles, hacer que se sienta cómodo y disfrute.
La intimidad anal es uno de mis placeres favoritos. Me gusta la sensación de penetrar su ano, de sentir su esfínter relajarse y permitirme pasar. Me gusta el vaivén de la penetración, la sensación de estar conectado con mi pareja de una manera profunda y intensa.
La atracción irresistible es un tema que me interesa mucho. Me gusta saber qué hace que mi pareja se sienta atraído por mí, qué hace que se sienta excitado y ansioso por estar conmigo. Me gusta explorar sus deseos y necesidades, y encontrar formas de satisfacerlos.
En el sexo, la comunicación es clave. Me gusta hablar con mi pareja sobre lo que le gusta, lo que no le gusta, y encontrar formas de satisfacer sus necesidades. Me gusta sentir que estamos conectados, que estamos trabajando juntos para crear un placer compartido.
Al final, la medida de mi verga no importa. Lo que importa es la forma en que se utiliza, la forma en que se siente, la forma en que se disfruta. Y creo que eso es algo que podemos todos aprender de mí.
