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Le dije al chaval que chupara hasta el fondo

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Me encontré con un chaval apuesto en un bar gay, y nuestra conexión fue instantánea. La atracción era irresistible, y ambos sabíamos que la noche se iba a volver interesante. Le propuse que fuéramos a mi lugar, y aceptó sin dudarlo.

Cuando llegamos a mi casa, la tensión sexual era palpable. Nos miramos a los ojos, y sin necesidad de palabras, supimos qué se esperaba de nosotros. Le dije que quería que me chupara, y le expliqué cómo quería que lo hiciera.

Me gustaba la forma en que me miraba, con un deseo intenso en sus ojos. Me encantaba la forma en que me tocaba, con una firmeza que me hacía temblar.

Me senté en la cama, y le dije que me chupara hasta el fondo. Quería sentir su lengua en mi verga gruesa, y que me hiciera sentir una intensa satisfacción. Me sentía vulnerable y excitado al mismo tiempo, y sabía que la experiencia sería inolvidable.

Me encantaba la forma en que me miraba, con un deseo intenso en sus ojos. Me gustaba la forma en que me tocaba, con una firmeza que me hacía temblar.

Le dije que lo hiciera con pasión, que lo hiciera con fuego en la cama. Quería sentir su pasión desatada, su deseo mutuo y su intensa satisfacción. Me sentía vivo y conectado con él en ese momento, y sabía que la experiencia sería compartida.

La conexión física fue intensa, y ambos sabíamos que la noche se iba a volver interesante. La tensión sexual era palpable, y la atracción era irresistible.

Al final de la noche, me sentí satisfecho y conectado con él. La experiencia había sido intensa y satisfactoria, y sabía que la conexión había sido real. La atracción había sido irresistible, y ambos habíamos sentido un deseo intenso y mutuo.




Le dije al chaval que chupara hasta el fondo

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