Hoy le reviento el culo es mi compañero de trabajo, me gusta verlo en cuatro patas como un perrito en celo.
Me recuerda a aquel encuentro casual con un chino en un club gay. La atracción fue instantánea y nuestra conexión física fue intensa. Recuerdo que él me miró con una intensidad irresistible y sus ojos me decían que quería experimentar algo nuevo y emocionante.
Él se acercó a mí con una sonrisa seductora y me pidió que le mostrara mi verga gruesa. Me sentí excitado y dispuesto a satisfacer su deseo. Me quité la ropa y él me miró con asombro, admirando mi culo estrecho y firme.
Me pidió que me acercara a él y que se la mostrara. Me sentí un poco nervioso pero estaba listo para explorar algo nuevo. Me puse sobre él y se la mostré, sintiendo su mirada intensa en mi verga. Él se la metió en su culo y se estremeció de placer.
La conexión física fue intensa y nos miramos a los ojos mientras nos movíamos en un vaivén sensual. Sentí su esfínter ajustarse a mi verga y su culo se estiró para recibirme. Fue un placer intenso que nos unió en ese momento.
Me sentí atraído por su pasión desatada y su deseo mutuo se reflejó en nuestros jadeos y gemidos. La tensión sexual era palpable y nos unimos en un fuego en la cama que no parecía tener fin.
Recuerdo que nos miramos a los ojos después de terminar y nos sonreímos con una conexión que trascendió la experiencia física. Fue un encuentro que nos marcó a ambos y que nunca olvidaremos.
La atracción que sentí hacia él fue irresistible y su deseo de experimentar algo nuevo me inspiró a explorar nuevas fronteras en la intimidad. Fue un placer compartido que nos unió en ese momento y que nos recuerda a la intensidad del deseo y la atracción.
