La noche es perfecta para un encuentro íntimo. La atmósfera es sensual, la música es suave y el ambiente es caliente. Me siento atraído por mi pareja, puedo ver el deseo en sus ojos.
Me levanto y me acerco a él, puedo sentir su mirada en mi cuerpo desnudo. Me toca la piel, me pasa la mano por la cadera y me besa con pasión. Me gusta sentir su lengua en mi boca, su respiración agitada y sus jadeos de deseo.
Me siento fuerte y poderoso, mi verga gruesa y larga se alza ante él. Sé que él puede verla, sentir su mirada en mi erección. Me gusta sentir su deseo, su atracción irresistible.
Me acerco a él, me meto entre sus piernas y me preparo para penetrar. Me toca el ano, me pasa la mano por el esfínter y me besa con pasión. Me gusta sentir su tacto, su firmeza y su potencia.
Me entro en él, me siento dentro de su cuerpo, su calor y su humedad. Me gusta sentir su clímax, su liberación y su placer compartido. Me siento unido a él, en unión y conexión física.
Me muevo hacia adelante y hacia atrás, me siento en un vaivén de pasión y deseo. Me gusta sentir su gemido, su jadeo y su respiración agitada. Me siento vivo, fuerte y poderoso.
Me siento en un clímax de placer, un fuego en la cama que no se apaga. Me siento unido a él, en una experiencia sexual que nunca olvidaré.
